Ley de garantía integral de la libertad sexual
La Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como la Ley del “solo sí es sí”, ha supuesto una mejora respecto a la prevención y la detección de la violencia sexual, al acompañamiento de las víctimas, a la par que pone el foco en el consentimiento.

Esta Ley no ha pasado desapercibida, y ha sido motivo de discrepancias políticas, pero sin duda ha supuesto un avanece por:
Incluir formación obligatoria en igualdad de género y en educación afectivo-sexual para todas las etapas educativas, siendo también obligatoria en los títulos universitarios relacionados con la docencia, el ámbito sanitario o el judicial.
Poner el foco en el consentimiento, considerando que cualquier acto sexual no consentido es agresión, con independencia de que haya o no violencia o intimidación explícita. Además se traslada al agresor la obligación de probar que la relación fue consentida, y no a la víctima de probar que no lo fue.
Establecer el castigo de conductas que hasta ahora quedaban impunes por no estar recogidas en el Código Penal como el acoso callejero y el reenvío de contenido sexual.
Crear un centro de crisis 24 horas con atención psicológica, jurídica y social para víctimas de violencia sexual en todas las provincias, además de en Ceuta y Melilla. Estos centros tendrán la tarea de unificar la respuesta institucional, minimizando el desconcierto y la desorientación de la víctima.
Asegurar la especialización profesional a través de la formación de todos los sectores implicados con la atención a las víctimas de violencia sexual (educativo, sociosanitario, fuerzas de seguridad del estado, administración de justicia).
Crear juzgados especializados en violencia sexual, cuyos profesionales deberán tener una formación específica en esta materia.
Proporcionar una asistencia jurídica gratuita a todas las víctimas.
Elaborar un Reglamento de ayudas a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual.